Correo de Náufragos



W. H. Auden - Funeral Blues.



Parad todos los relojes, cortad los teléfonos,
Impedid, con un jugoso hueso, que el perro ladre,
Callad los pianos y, con un apagado tamborileo,
Mostrad el ataúd, dejad que las plañideras se acerquen.
Que los aviones hagan círculos, gimoteando, sobre nosotros,
Garabateando por el cielo el mensaje: Ha muerto,
Poned crespones en los cuellos blancos de las palomas,
Dejad que los guardias de tráfico porten guantes de algodón negros.
El fue mi Norte, mi Sur, mi Este y mi Oeste,
Mi semana de trabajo y mi descanso de domingo,
Mi amanecer, mi medianoche, mi voz, mi canción;
Pensaba que el amor duraría siempre: estaba equivocado.
No se desean ahora estrellas: apagadlas una a una;
Olvidaos de la luna y desmantelad el sol;
Lejos verted el océano y barred el bosque.
Pues ahora de ninguna manera pueden traer nada bueno.


otra versión:

Detengan los relojes
desconecten el teléfono
denle un hueso al perro
para que no ladre
Callen los pianos y con ese
tamborileo sordo
saquen el féretro...
Acérquense los dolientes
que los aviones
sobrevuelen quejumbrosos
y escriban en el cielo
el mensaje...
él ha muerto.

Pongan moños negros
en los níveos cuellos de las palomas
que los policías usen guantes
de algodón negro

Él era mi norte mi sur
mi este y oeste
mi semana de trabajo y mi
domingo de descanso
mi mediodía, mi medianoche
mi conversación, mi canción

Creí que el amor perduraría
por siempre.
Estaba equivocado.

No precisamos estrellas ahora...
Apáguenlas todas
Envuelvan la luna
desarmen el sol
Desagüen el océano y
talen el bosque
porque de ahora en adelante
nada servirá.

5/31/2009 | Escrito por: kenzo | Hora: 22:24|
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Praticante en la Braña

5/30/2009 | Escrito por: kenzo | Hora: 03:16|
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D. Hierro - De a mares.


Dónde vamos a parar,

aquél día blanca era la espuma

en la orilla, el mar gris, el cielo negro

y llovía que para qué te voy a contar...

si ya lo sabes.

| Escrito por: kenzo | Hora: 01:58|
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Ibáñez, Céde - Dos pasos lentos.



Neil Armstrong aluniza

lejos de todos

dando "un pequeño paso para el hombre,
un gran paso para la humanidad",

y pasados 30 años no hemos vuelto

al lado oscuro de la luna.

Cuando Colón atravesaba los mares
buscando Las Indias, no podía
imaginarse
escrutando en la noche

que allí arriba

alguien, en otro tiempo,
miraría también al cielo
y lo vería todo en blanco y negro.

5/29/2009 | Escrito por: kenzo | Hora: 00:46|
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D. kenzo - Con los cinco sentidos II



Escucho el silencio de tu ausencia [mientras
miro las estrellas de esta noche profunda, negra y oscura]

envuelto del olor a salitre de este mar infinito
de lágrimas inermes que saboreo,

y pienso en cuánto quisiera
poder volver a sentir el tacto suave de tu piel

..........................................................................de seda

5/28/2009 | Escrito por: kenzo | Hora: 12:11|
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Rodrigo Castillo - Casa desierta.




En el agua limpia los peces
.........................saltan y prueban la corrosión.
Han nacido de un filete mal cortado
........................los niños que habitan la casa.
........................Su madre ha dicho:
-es hora.
........................Y los niños guardan sus máscaras antigases
........................y se adentran en la pecera especial
........................que su padre dejó en testamento.
........................Los niños que habitan la casa
........................aún no saben
........................que son estrellas.

5/27/2009 | Escrito por: kenzo | Hora: 02:10|
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T.kenzo - A tiempo.

Ayer, como quien dice,

empezó el fin del mundo

y nada me dijiste.

5/26/2009 | Escrito por: kenzo | Hora: 19:26|
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Anna Ajmátova - Poema sin héroe.

¿Eres tú, Psique-Confusión
quien, moviendo el abanico negro y blanco,
te inclinas hacia mí?
¿Quieres decirme en secreto
que ya has cruzado el Leteo
y respiras otra primavera?
No me dictes, yo misma oigo:
El chaparrón se aferra al tejado,
oigo murmullos en el felpudo.
Alguien pequeño se dispuso a vivir,
se hizo verde y mullido, e intentará
brillar mañana en su nuevo impermeable.
Duermo:
ella sola está sobre mí
allí, lo que la gente llama primavera
y yo llamo soledad.
Duermo.
Veo en sueños nuestra juventud
ese cáliz que pasó por él.
Te lo devolveré,
si quieres, como recuerdo,
como llama pura en la arcilla
o copo de nieve en una tumba abierta.


25 de Mayo de 1945
Traducción de Jesús García Gabaldón

5/25/2009 | Escrito por: kenzo | Hora: 23:17|
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Ibáñez Kenzo - Des pedidas


No me pidas lágrimas

en la despedida.

Que el pájaro de la risa sea de piedra caliza

que para levantar vuelo

sobre la muralla antigua de azulejos

baste solo quererlo.

Y, como la costurera decía,

que te zurzan, calcetín viejo.

5/24/2009 | Escrito por: kenzo | Hora: 03:41|
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Kenzo T - De ortigas


Me gustan las ortigas,

como animal de compañia

entre tus sábanas.

5/23/2009 | Escrito por: kenzo | Hora: 01:21|
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Ibáñez, C. - De repeticiones.



Veintidós de mayo,

tacho otro día en el calendario

mientras llueve a mares

y tú, tan lejos, no lo sabes.

5/22/2009 | Escrito por: kenzo | Hora: 23:56|
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Tangos



















| Escrito por: kenzo | Hora: 23:37|
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John Ashbery - Autorretrato en espejo convexo




Como hizo el Parmigianino, la mano derecha
mayor que la cabeza, tendida hacia el que mira,
retirándose con suavidad, como queriendo proteger
aquello que revela. Unos vidrios emplomados, vigas viejas,
forro de piel, muselina plisada, un anillo de coral
se acompasan en un vértigo donde descansa el rostro,
que va y viene flotando, como la mano,
pero que está en reposo. Es lo que queda
recluido. Dice Vasari: “Francesco se dispuso un día
a hacer su autorretrato, para lo cual se contempló
a un espejo convexo, como el que usan los barberos...
De este modo pidió que un tornero le hiciese
un globo de madera, y tras dividirlo en dos partes
y reducirlo al tamaño de un espejo, se dispuso
con mucho arte a copiar lo que veía en el cristal.”
Principalmente su reflejo, del que el retrato
el reflejo cuando se ha apartado.
El cristal decidió reflejar sólo lo que él veía
lo cual bastó a su propósito: su imagen
vidriosa, embalsamada, proyectada en un ángulo de 180 grados.
La hora del día o la densidad de la luz
que se adhiere a su rostro lo mantienen
alerta, intacto, en un gesto recurrente
de llegada. El alma se instala.
¿Pero hasta dónde puede saltar desde los ojos
y regresar a salvo hasta su nido? Al ser convexa
la superficie del espejo, la distancia aumenta
significativamente; o sea, lo bastante para mostrar
que el alma está cautiva, tratada con humanidad,
suspendida, incapaz de avanzar mucho más lejos
que tu mirada al tiempo que intercepta el cuadro.
Al verlo, el Papa Clemente y su corte quedaron “estupefactos”,
según Vasari, y le prometieron un encargo
nunca materializado. El alma ha de quedarse donde está,
aunque esté inquieta, oyendo las gotas de lluvia en el cristal,
el suspiro de las hojas otoñales azotadas por el viento,
soñando con salir y ser libre, pero debe quedarse
posando en este sitio. Debe moverse
lo menos posible. Esto es lo que dice el retrato.
(…)

Versión de Julián Jiménez Heffernan

5/21/2009 | Escrito por: kenzo | Hora: 10:44|
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Gabriel Zaid - Siesta anaranjada.


No te levantes, temo
que el mundo siga ahí.

Las nubes imponentes,
el encinar umbrío,
los helechos en paz.

Todo tan claro
que da miedo.

5/20/2009 | Escrito por: kenzo | Hora: 14:14|
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Abominable Benedetti en rojo sangre de inocentes

HOMBRE QUE MIRA SIN SUS ANTEOJOS

En este instante el mundo es apenas
un vitral confuso
los colores se invaden unos a otros
y las fronteras entre cosa y cosa
entre tierra y cielo
entre árbol y pájaro
están deshilachadas e indecisas

el futuro es así un caleidoscopio de dudas
y al menor movimiento el lindo pronóstico
se vuelve mal agüero
los verdugos se agrandan hasta parecer
invencibles y sólidos
y para mí que no soy lázaro
la derrota oprime como un sudario

las buenas mujeres de esta vida
se yuxtaponen se solapan se entremezclan
la que apostó su corazón a quererme
con una fidelidad abrumadora
la que me marcó a fuego
en la cavernamparo de su sexo
la que fue cómplice de mi silencio
y comprendía como los ángeles
la que imprevistamente me dio una mano
en la sombra y después la otra mano
la que me rindió con un solo argumento de sus ojos
pero se replegó sincera en la amistad
la que descubrió en mí lo mejor de mí mismo
y linda y tierna y buena amó mi amor

los paisajes y las esquinas
los horizontes y las catedrales
que fui coleccionando
a través de los años y los engaños
se confunden en una guía de turismo presuntuoso
de fábula a narrar a los amigos
y en ese delirio de vanidades y nostalgias
es dificil saber qué es monasterio y qué blasfemia
qué es van gogh y qué arenques ahumados
qué es mosaico y qué agua sucia veneciana
qué es aconcagua y qué es callampa

también los prójimos se arraciman
crápulas y benditos
santos e indiferentes y traidores
e inscriben en mi infancia personal
tantas frustraciones y rencores
que no puedo distinguir claramente
la luna del río
ni la paja del grano

pero llega el momento en que uno recupera
al fin sus anteojos
y de inmediato el mundo adquiere
una tolerable nitidez

el futuro luce entonces arduo
pero también radiante

los verdugos se empequeñecen hasta
recuperar su condición de cucarachas
de todas las mujeres una de ellas
da un paso al frente
y se desprende de las otras
que sin embargo no se esfuman
de las ciudades viajadas surgen
con fervor y claridad
cuatro o cinco rostros decisivos
que casi nunca son grandilocuentes

cierta niña jugando con su perro
en una calle desierta de ginebra
un sabio negro de alabama que explicaba
por qué su piel era absolutamente blanca
ella fitzgerald cantando
ante una platea casi vacía
en un teatro malamuerte de florencia

y el guajiro de oriente
que dijo tener un portocarrero
y era una lata de galletitas
diseñada por el pintor

del racimo de prójimos puedo extraer
sin dificultades
una larga noche paterna una postrera charla
síntesis de vida
con la muerte rondando en el pasillo
el veterano que trasmitía
sin egoísmo y sin fruición
algunas de sus claves de sensible

el compañero que pensó largamente en la celda
y sufrió largamente en el cepo
y no delató a nadie
el hombre político que en un acto
de incalculable amor
dijo a un millón de pueblo la culpa es mía
y el pueblo empezó a susurrar fidel fidel
y el susurro se convirtió en ola clamorosa
que lo abrazó y lo sigue abrazando todavía
la gente la pura gente
la cojonuda gente a la orientala
que en la avenida gritó tiranos temblad
hasta que llegó al mismísimo
temblor del tirano
y la muchacha y el muchacho desconocidos
que se desprendieron un poco de sí mismos
para tender sus manos y decirme
adelante y valor

decididamente
no voy a perder más mis anteojos

por un imperdonable desenfoque
puede uno cometer gravísimos errores.

5/19/2009 | Escrito por: kenzo | Hora: 16:25|
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José García Domínguez: "Mario Benedetti"

"Ha muerto Mario Benedetti, sin duda, el poeta más popular y también el menos importante del canon hispanoamericano contemporáneo. Siempre edulcorado con el almíbar empalagoso de la coartada política, agazapado siempre tras la beatitud inquisitorial del famoso compromiso, su truculento sentimentalismo jamás traspasó los límites de esa estética kitsch tan cara a los cantautores oficiosos y a los adolescentes de la cuerda de Jannette, que son rebeldes porque el mundo los hizo así.

Ha muerto un poeta menor. Porque a Benedetti le aguarda el mismo destino literario que al célebre cadáver de Anatole France: llorado en el momento de su traspaso por un cortejo fúnebre kilométrico, al día siguiente ya nadie lo recordaba, salvo los surrealistas que se ensañarían con sus despojos en memorable panfleto. Ha muerto, sí, el último velo lírico del stalinismo tropical. Lo que no ha muerto, sin embargo, es la imbecilidad ideológica que marcó la vida cultural toda del siglo XX. Al contrario, no cabe mejor prueba de su envidiable vitalidad que el tono unánime de las necrológicas publicadas a propósito de ese tránsito.

En todas partes, ubicua, otra vez la necedad profunda, ontológica, que exige juzgar las obras artísticas a partir de la biografía política del autor. Muy específica manifestación de la estupidez humana que nunca antes se había producido. De ahí que a lector alguno le inquiete la facción palaciega que apoyó o dejó de apoyar Shakespeare, o cuál fuera la opinión de Cervantes sobre la política de Felipe II ante el Turco. Encomendar la sentencia inapelable de los juicio estéticos a un burdo tribunal político, he ahí la suprema hazaña intelectual de la última centuria.

Fue Benedetti fiel funcionario en rigurosa nómina del castrismo, siempre cómplice de la autocracia cubana, hasta el final. Disciplinado servidor, supo conducirse como un perfecto miserable cuando accedió a avalar las insidias del régimen que pretendían hacer de Heriberto Padilla un peligroso agente de la CIA. Igual que esas porteras desdentadas de La Habana que sólo viven para espiar a los vecinos por cuenta del Partido, jamás dudó en tildar de "delincuentes" y "maricones" a los disidentes que huyen hastiados del Paraíso aferrando su desesperación a cualquier cosa que flote. El compromiso, ya se sabe. Pero, sobre todo y por encima de todo, fue poeta prescindible, pecado único por el que hoy estamos llamados a juzgarle.

Que el olvido le sea propicio."

*http://www.libertaddigital.com/opinion/jose-garcia-dominguez/

| Escrito por: kenzo | Hora: 16:15|
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Kenzo Torso - Un instante

Se hace noche en el camino

un tiempo oscuro es más nitido ahora
que las estrellas de cobre, tan lejos,
pudieran apagarse,

¿por qué no?

al instante, para siempre.

5/18/2009 | Escrito por: kenzo | Hora: 22:21|
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Chareles baudelaire - A una transeúnte.

La calle atronadora aullaba en torno mío.
Alta, esbelta, enlutada, con un dolor de reina
Una dama pasó, que con gesto fastuoso
Recogía, oscilantes, las vueltas de sus velos,

Agilísima y noble, con dos piernas marmóreas.
De súbito bebí, con crispación de loco.
Y en su mirada lívida, centro de mil tomados,
El placer que aniquila, la miel paralizante.

Un relámpago. Noche. Fugitiva belleza
Cuya mirada me hizo, de un golpe, renacer.
¿Salvo en la eternidad, no he de verte jamás?

¡En todo caso lejos, ya tarde, tal vez nunca!
Que no sé a dónde huiste, ni sospechas mi ruta,
¡Tú a quien hubiese amado. Oh tú, que lo supiste!

5/17/2009 | Escrito por: kenzo | Hora: 23:53|
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Alfred.E.Housman - Poema a un joven atleta moribundo

Cuando ganaste la gran carrera
el pueblo entero salió a aclamarte.
Jóvenes y ancianos te vitoreaban
mientras a hombros te llevábamos.

Sabio aquél que sabe escapar pronto
allí donde la gloria no perdura.
Pues aunque pronto crece el laurel
mucho antes que la rosa se marchita.

Pero tú no seguirás el camino
de aquellos que malgastaron su gloria.
Corredores cuya fama se extendió
aunque su nombre perduró menos que ellos.

Ante esa jóven cabeza laureada
contemplarán tu cuerpo inerte
y descubrirán entre los rizos de tu pelo
una guirnalda aún sin marchitar.

5/16/2009 | Escrito por: kenzo | Hora: 15:33|
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Kenzo, T. - Salió.


Aquí están las llaves

aquí la puerta

no abro

doy media vuelta

y me voy sin ruido.

Mañana dirán:
"salió por tabaco y..."

5/15/2009 | Escrito por: kenzo | Hora: 01:16|
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Luis Garcia Montero - Antologando

DEDICATORIA
Si alguna vez la vida te maltrata,
acuérdate de mí,
que no puede cansarse de esperar
aquel que no se cansa de mirarte.

IMAGINAR LOS SITIOS POSIBLES DONDE ESTABAS...

...en un rincón del año...
V. Huidobro

Imaginar los sitios posibles donde estabas,
verte llegar sin noche a La Tertulia,
reconocer tu voz apresurada
al contar una anécdota
o preguntar por mí,
saber que nos mirábamos antes de conocernos,
son capítulos largos de mi vida.

Supongo que también te dejarán a ti
este mismo vacío,
esta impaciencia por estar sin nadie
mientras se nos olvida
todo el calor que duele de olvidado.

El naufragio es un don afín al hombre.
Después de que sucede
suelen tener las huellas
esa incomodidad que tienen las mentiras,
el recuerdo es un dogma,
la soledad el pecho que tú me acariciaste.

Pero cambiando de conversación
el tiempo -buen amigo
que deforma el pasado como el amor a un cuerpo-
hará que cada día no parezca un disparo,
que volvamos a vernos una tarde cualquiera,
en un rincón del año y sin sentir
demasiada impotencia.

Será seguramente
como volver a estar,
como vivir de nuevo en una edad difícil
o emborracharnos juntos
para pasar a solas la resaca.

Igual que quemaduras debajo de los dedos,
en un segundo plano
seguiremos presentes y esperando
ese momento exacto del náufrago en la orilla,
cuando al salir del mar
me escribas en la arena:
«Sé que el amor existe,
pero no sé dónde lo aprendí».

INVITACIÓN AL REGRESO

Quien conozca los vientos, quien de la lejanía
haga una voz donde guardar memoria,
quien conozca la piel de su desnudo
como conoce el rastro de su nombre,
y no le tenga miedo, y le acompañe
más allá del invierno encerrado en sus sílabas,
quien todo lo decida sin la noche,
de golpe, como un beso,
que suba entre la niebla por el puente,
que le roce los dedos a su propio vacío,
que salga al mar, que pierda
el temor de alejarse.

En la debilitada
sombra violeta de las olas,
mientras se van hundiendo con el puerto
los antiguos letreros y las luces,
flotarán esperando
nuestras conversaciones en el agua.
Serán el obligado desengaño
que con la brisa caiga desde la arboladura,
devolviendo al recuerdo
la tempestad de hablar
o palabras partidas como mástiles.
Porque los sueños dejan
igual que los naufragios algún resto,
con maderas y cuerpos hundidos en las sábanas,
llenos de dominada libertad.

No es la ciudad inmunda
quien empuja las velas. Tampoco el corazón,
primitiva cabaña del deseo,
se aventura por islas encendidas
en donde el mar oculta sus ruinas,
algas de Baudelaire, espumas y silencios.
Es la necesidad, la solitaria
necesidad de un hombre,
quien nos lleva a cubierta,
quien nos hace temblar, vivir en cuerpos
que resisten la voz de las sirenas,
amarrados en proa,
con el timón gimiendo entre las manos.

Aléjate de allí, vayamos lejos,
sin la ilusión que llama desesperadamente,
sin el dolor que asume su decencia.
La piel, mi piel, los vientos
han preguntado tanto en las orillas,
tanto se han estrellado por ciudades y pechos,
que no conocen patrias ni las cantan,
no recuerdan naciones,
sólo pueblos.

Yo sé que su regreso
es el nuestro sin duda. Porque con voz humana,
como marinos viejos,
sobre el desdibujado dolor de sus espaldas,
vendrán para decirnos:
es el tiempo,
dejémonos volver con la marea.

El coraje y la fuerza del crepúsculo
os llevarán al fondo de lo ya conocido,
y veremos fragatas sobre los charcos negros,
pero la silueta desdoblada de un niño
no será frágil ni tendrá cansancio.

Así, después del viaje,
sorprendidos y mudos delante del fantasma,
mientras surgen despacio con el puerto
los antiguos letreros y las luces,
oiremos la canción de los que llegan,
de los que pisan tierra cuando han sido
durante muchos días esperados.

Y el mar, el dulce mar tan trágico,
a su propia distancia sometido,
sabrá dejar escrito
que el viaje nunca fue nuestro tesoro,
ni tampoco el dolor famoso en los poemas,
sino los sueños puestos en la calle,
los lechos y su bruma,
al despertar de tantas noches largas
donde sólo pudimos presentir,
hablar de los deseos en la sombra.

Al lado de tu pelo, capital de los vientos,
la historia en dos, el ruido de las lágrimas,
tienen que ser pasado necesario,
alejada miseria,
cosas para contar después de algunos años,
si es que alguien pregunta por nosotros.

Aunque también, y necesariamente,
entre la baja noche y esta casa
donde suelo escribir,
yo esperaré los labios
que con llamada extraña de nuevo me pregunten:

¿Prisionero de amor, para quién llevas
un hombro de cristal y otro de olvido?

TÚ ME LLAMAS, AMOR...

Tú me llamas, amor, yo cojo un taxi,
cruzo la desmedida realidad
de febrero por verte,
el mundo transitorio que me ofrece
un asiento de atrás,
su refugiada bóveda de sueños,
luces intermitentes como conversaciones,
letreros encendidos en la brisa,
que no son el destino,
pero que están escritos encima de nosotros.

Ya sé que tus palabras no tendrán
ese tono lujoso, que los aires
inquietos de tu pelo
guardarán la nostalgia artificial
del sótano sin luz donde me esperas,
y que, por fin, mañana
al despertarte,
entre olvidos a medias y detalles
sacados de contexto,
tendrás piedad o miedo de ti misma,
vergüenza o dignidad, incertidumbre
y acaso el lujurioso malestar,
el golpe que nos dejan
las historias contadas una noche de insomnio.

Pero también sabemos que sería
peor y más costoso
llevárselas a casa, no esconder su cadáver
en el humo de un bar.

Yo vengo sin idiomas desde mi soledad,
y sin idiomas voy hacia la tuya.
No hay nada que decir,
pero supongo
que hablaremos desnudos sobre esto,
algo después, quitándole importancia,
avivando los ritmos del pasado,
las cosas que están lejos
y que ya no nos duelen.

5/14/2009 | Escrito por: kenzo | Hora: 00:01|
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D. Hierro - De lobos.


Cruzamos el puente

y al llegar allí no supimos

encontrar el motivo.

Llevábamos caminando días

en dirección a esa última puesta de sol,

encontramos rios de aguas tranquilas

y peces de colores inimaginables

seguimos su curso

atravesamos las montañas azules

del fín del horizonte

encontramos más colinas

y un verde bosque que dejó de ser remoto

y dentro una solitaria cabaña

medio oculta entre grandes abetos

y dentro de la cabaña

cenizas apagadas en una chimenea

mortecina, dos sillas tiradas, entre el desorden,

y una habitación con una cama

de sabanas revueltas

que nos indican

que aquella viejecita

que yace muerta entre las cenizas

apagadas

es la abuelita

de esa que viene cantando

con su capa roja

colina arriba: caperucita,

la misma que ha saludado

hace rato en el río

al cazador que estaba pescando

distraido.

A lo lejos, se oye el silbido

del lobo sediento

de sangre.
Va contento.

5/13/2009 | Escrito por: kenzo | Hora: 23:24|
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Dé Ibáñez - Se fue, se fue.


frágil azul del horizonte

Atardecer

....................... de gris

se fue abril,

y tú sin volver...

| Escrito por: kenzo | Hora: 16:52|
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D. Hierro - De lentitudes.

En el horizonte todo es tibieza

en el horizonte la bruma de tus ojos

[aquél pálido recuerdo

que el tiempo borra

.......................................lentamente]


se difumina irremediablemente.

5/12/2009 | Escrito por: kenzo | Hora: 02:15|
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D. Kenzo - De pérdidas.




Ahora que estás perdido

te das cuenta

que debiste borrar el camino de vuelta.

Nadie cruza los puentes

............................................................ gratis.

5/11/2009 | Escrito por: kenzo | Hora: 22:10|
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Tirso de Tiros - Pío, pío.


Aquél pájaro rojo


gritando en tu pecho


lánguido


como una piedra


en medio


del camino


pío, pío, pío

5/10/2009 | Escrito por: kenzo | Hora: 23:04|
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Leopoldo María Panero - La maldad nace de la supresión hipócrita del gozo.


Una cucaracha recorre el jardín húmedo
de mi chambre y circula por entre las botellas
vacías:
la miro a los ojos y veo tus dos ojos
azules, madre mía.
Y cantas, cantas por las noches parecida a la locura,
velas
con tu maldición para que no me caiga dormido,
para que no me olvide
y esté despierto para siempre
frente a tus dos ojos
azules, madre mía.

5/09/2009 | Escrito por: kenzo | Hora: 01:29|
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Ibáñez kenzo - De gargantas



Amor y olvido

perdidos de un pasado huido

de un lánguido libro

de silencios maltrechos.

Garganta seca

..................como un desierto.

5/08/2009 | Escrito por: kenzo | Hora: 12:57|
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C. Ibáñez - De eros.


Como un Coloso

levanto el pornógrafo léxico de las focas lascivas

y mirando a los ojos de los faunos

perdidos en desiertos inexistentes

me enfrento a las colosales fuerzas de la naturaleza

que me atraen a su infierno de silencios y vacío

para perderme en interludios e interlunios interminables.


Mientras, como si nada, Marcuse escribe "Eros y Civilización".

Mas, vendrán fatalmente otra edad y otros relatos del mundo,

y ya no estaremos.

5/07/2009 | Escrito por: kenzo | Hora: 00:55|
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Ibáñez kenzo - De restos del naufragio


Un tiempo lejano puede estar tan cerca
como la orilla del otro lado
del viento,
puede quedar en el mar de la calma
o también puede ser que habite

las cumbres de la tormenta y el huracán

Para dar con el rastro de su huella
la única fórmula aconsejable
es escarbar dentro de uno mismo
hasta encontrar el camino de vuelta.

5/06/2009 | Escrito por: kenzo | Hora: 12:32|
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Idea Vilariño - Cuando una boca suave...

Cuando una boca suave boca dormida besa
como muriendo entonces,
a veces, cuando llega más allá de los labios
y los párpados caen colmados de deseo
tan silenciosamente como consiente el aire,
la piel con su sedosa tibieza pide noches
y la boca besada
en su inefable goce pide noches, también.
Ah, noches silenciosas, de oscuras lunas suaves,
noches largas, suntuosas, cruzadas de palomas,
en un aire hecho manos, amor, ternura dada,
noches como navíos...
Es entonces, en la alta pasión, cuando el que besa
sabe ah, demasiado, sin tregua, y ve que ahora
el mundo le deviene un milagro lejano,
que le abren los labios aún hondos estíos,
que su conciencia abdica,
que está por fin él mismo olvidado en el beso
y un viento apasionado le desnuda las sienes,
es entonces, al beso, que descienden los párpados,
y se estremece el aire con un dejo de vida,
y se estremece aún
lo que no es aire, el haz ardiente del cabello,
el terciopelo ahora de la voz, y, a veces,

5/05/2009 | Escrito por: kenzo | Hora: 23:59|
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Antonio Machado Tierras de Soria,

Siento fuertemente
la llamada del mar.
J. Castro


Desde las altas tierras donde nace
un largo río de la triste Iberia,
del ancho promontorio de Occidente
–vasta lira, hacia el mar, de sol y piedra–,
con el milagro de tu verso, he visto
mi infancia marinera,
que yo también, de niño, ser quería
pastor de olas, capitán de estrellas.
Tú vives, yo soñaba;
pero a los dos, hermano, el mar nos tienta.
En cada verso tuyo
hay un golpe de mar, que me despierta
a sueños de otros días,
con regalo de conchas y de perlas.
Estrofa tienes como vela hinchada
de viento y de luz, y copla donde suena
la caracola de un tritón, y el agua
que le brota al delfín en la cabeza.
¡Roncas sirenas en la bruma! ¡Faros
de puerto que en la noche parpadean!
¡Trajín del muelle, y de algo más! Tu libro
dice lo que la mar nunca revela:
la historia de riberas florecidas
que cuenta el río al anegarse en ella.
De buen marino, ¡oh Julio!
–no de marino en tierra,
sino a bordo–, bitácora es tu libro
donde sonríe el norte a la tormenta.
Dios a tu verso y a tu barco guarde
seguro el ritmo, firmes las cuadernas,
y que del mar y del olvido triunfen,
poeta y capitán, nave y poema.

5/03/2009 | Escrito por: kenzo | Hora: 01:40|
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Los viernes, música: Silent Spring - Massive Attack

5/01/2009 | Escrito por: kenzo | Hora: 00:15|
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