Correo de Náufragos



Qu'e Tao Yuanming - Escrito al pasar


He crecido sin contemplar la vida del mundo,
dedicado de corazón a los libros y al koto.
Vestía ropas toscas, feliz y satisfecho,
en general vacío, pero siempre en paz.
Un día, sorpresivamente, el momento llegó
en que dejé todo y me encontré en el camino.
Preparé mi bolso por la mañana, dejé mi cayado
y abandoné mi granja.
Lejos, lejos va el bote solitario,
sin fin, sin fin mis cavilaciones buscando la vuelta.
¿Que si es largo mi viaje? He bajado y subido colinas por miles de kilómetros.
Mis ojos agotados de tantos ríos y caminos desconocidos,
mi corazón anhela retornar a mis colinas y lagos.
Contemplo las nubes y me mortifican las aves lejanas,
miro las aguas, me avergüenzan los errabundos peces.
Desde el principio el ideal verdadero se mantuvo en mi pecho
¿quien dice que me dejo llevar por las formas exteriores?
Por ahora sólo seguiré el curso de los acontecimientos
y al final retornaré a la casa y a los principios.

3/31/2008 | Escrito por: kenzo | Hora: 01:55|
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Hilario Barrero - Oficio a bordo.


A veces se me rompen cromosomas
como remos de un barco embotellado,
contra la rigidez del escritorio:
las tablas no soportan ni la tinta,

ni el propio pensamiento de servir,
igual que un buque al tanto del bautizo
cercano al muelle. Nunca fui valor
de un sitio, sin bitacora, sin ancla.

Tu dices que no existo y sin embargo
la sangre azul brotando del tintero
te dice lo contrario y marca el rumbo...

La olas las empujan solo silabas,
quien sabe si llega a tierra es cierto,
quizas estemos siempre en un naufragio.

3/29/2008 | Escrito por: kenzo | Hora: 21:30|
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Kenzo, T. - Desnudo.


Desnudo y miope

camino

descalzo

para poeta, las musas no acudieron,

me abandonaron,

me he quedado en blanco.

El eco de la nada es menos que cero.

Quizá por eso mismo, con quien mejor dialogo

es conmigo mismo: nunca me llevo la contraria.

Pensar pudiera ser algo molecular o algo químico

pensar, ser humano, es sencillo,

quiero ser un ciruelo y que me caguen los pájaros,

y que me doble el viento

y hacer de mis ramas poemas y epigramas

del fin de todo

3/27/2008 | Escrito por: kenzo | Hora: 21:41|
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Hierro, D. - Poesía mutilada.


Algo acaeció.

musas negras me regalaron afilado cuchillo

para escribir con su punta poesía mutilada.

3/26/2008 | Escrito por: kenzo | Hora: 02:37|
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George Whitman y su librería Shakespeare & Co., en París.


La librería más famosa del mundo - autora: Lourdes Ventura

"La historia de Shakespeare and Company, probablemente la librería más famosa del mundo, es mucho más complicada de lo que imaginan los mitómanos que buscan, al llegar a París, el 37 de la 'rue' de la Bûcherie, frente a Notre Dame.

Para empezar, algunos lectores pensarán, al citar la librería Shakespeare and Company, en Sylvia Beach, la estadounidense que publicó en 1922 el Ulises de James Joyce. Es cierto que Sylvia Beach pasó por aquí, como han pasado al cabo de los años tantas celebridades estadounidenses y de todo el mundo, pero esta librería Shakespeare and Company no es la de la generación perdida, sino la de George Whitman, nacido en New Jersey hace 90 años, más de 50 de librero bohemio en este rincón parisino, y todavía aguantando las tormentas a este lado del Sena. Habla todas las lenguas Whitman.Cuando le digo que soy española exclama: «¡Carajo!», con marcado acento mexicano.

Para embarullar más las sombras de los espíritus que habitan estas paredes, George Whitman es hijo de Walt Whitman, pero no es pariente del Whitman poeta, aunque se considera su heredero. Nuestro Whitman de París tiene una preciosa hija de 20 años, que me invita a tomar el té del domingo en el legendario piso alto de la librería. Como no podía ser de otro modo, aunque esto parezca rizar el rizo, ella se llama Sylvia Beach Whitman, porque George así lo quiso, aunque la joven de rizos de oro no guarde ningún parentesco con la librera y editora de Joyce. O tal vez sí, porque en este reino de ficción los lazos familiares y los árboles genealógicos literarios están deliciosamente enmarañados.

Dos sedes

Podríamos explicar las cosas de otro modo. Ha habido dos famosas librerías Shakespeare and Company en París: la de Sylvia Beach, en la rue de L'Odeón, y la de George Whitman, en la rue de la Bûcherie. Aunque eso tampoco es del todo cierto, porque la primera Shakespeare and Company la inauguró Sylvia Beach en el 8 de la rue Dupuytren, en noviembre de 1919.

Entonces Sylvia tenía un loro llamado Guapo, así, guapo, en español, un loro que bebía té con limón. Y más vale que sepan que Sylvia Beach, nacida en Baltimore, hija de un pastor presbiteriano, no se llamaba en realidad Sylvia sino Nancy. De modo que acaba resultando que la verdadera Sylvia Beach es la hija de George Whitman.

Para entendernos, diremos que la primera Sylvia Beach, la amiga de Joyce, T. S. Eliot, Ezra Pound, Scott Fitzgerald y Hemingway, tuvo su librería inglesa y estadounidense Shakespeare and Company en dos locales de París. En 1921 trasladó su negocio al 12 de la rue de L'Odéon, frente a La maison des amis des livres, la librería francesa que pertenecía a su amiga y compañera sentimental Adrienne Monnier.

James Joyce bautizó los territorios de Sylvia como Stratford-on-Odéon, y ambas libreras convocaban en un pequeño tramo de la calle los mayores talentos de la escena literaria francesa y anglosajona.

Gide, Claudel, Valery, Henri Michaux, Nabokov y por supuesto Joyce, unidos a la gran colonia literaria norteamericana, itinerantes o estables en el París de entreguerras, con la presencia carismática de Gertrude Stein, componían el universo de la Shakespeare and Company original.

Un oficial alemán

La librería se cerró definitivamente en 1941, después de negarse Sylvia Beach a venderle a un oficial alemán una copia del Finnegans Wake de Joyce. Algo más tarde la librera y editora era detenida por los nazis y recluida unos meses en Vittel. Después de la guerra, Beach no volvió abrir su negocio.

Y es en los años 50 cuando George Whitman toma el testigo y abre su librería frente a Notre Dame, animado por su amigo Lawrence Ferlinghetti, otro mítico librero de San Francisco, el alma de City Lights.

Y por aquí pasan Miller y Anaïs Nin y Lawrence Durrell y Burroughs, que conoce en la librería a uno de sus novios, y Gregory Corso, que roba libros, y Kerouac, que ya estaba en el camino. Pero, además, Sartre y Beauvoir y Breton, y otros muchos, algunos de ellos colaboradores de las publicaciones que surgen en torno al librero George Whitman.

De Vietnam a Tony Blair

Al principio la tienda de George Whitman se llamó The Mistral, pero a mediados de los 60, cuando el local es ya el centro del peregrinaje artístico y literario estadounidense en París, rebautiza su librería para rendir homenaje al grande de Stratford y a Sylvia Beach, que había sido visitante de la casa. Y en el Shakespeare and Company de Whitman han dormido y tomado el té incontables aspirantes a escritores, políticos, filósofos, poetas y cineastas.

Desde este kilómetro cero parisino se hicieron manifestaciones contra la guerra de Vietnam y frente a la puerta tocó la guitarra Tony Blair en sus tiempos de bohemio. Aquí se citan todos los jóvenes estadounidenses de París, se dejan mensajes los viajeros enamorados y los domingos se recibe a los amigos de las letras y a los mitómanos en el legendario apartamento de George Whitman. En torno a los libros, una caótica torre de babel en varios idiomas."


Este señor que veis poco más abajo tiene 91 años y se llama George Whitman. Es el propietario de Shakespeare & Co., una librería mítica de París, heredera de aquella que tuviera Silvia Beach, la editora de Joyce. Según parece, hace años que no visita al barbero, y se corta el pelo a la brasa, como podeis ver en el video.


Esos libros que veis por todos lados están allí mismo a la venta, y los empleados son aspirantes a escritores con escasos recursos crematísticos que George recoge en su casa y les da techo. Cama es más complicado pillar. Comida también hay, de aquella manera, se entiende...


Personaje más que curioso, adoptó como política, desde 1956, un sistema precapitalista de prestaciones y contraprestaciones de acuerdo con el cual brinda (pintoresco, precario, subyugante) alojamiento y un guiso nocturno a cambio de cierto compromiso laboral. Este acuerdo consiste en atender la librería y discutir los propios escritos con los cofrades. Lejos de haberse constituido en un tugurio de marginales, La Shakespeare supo convertirse en un sitial privilegiado, especie de Sorbonne paralela, con el lustre de haber sido alguna vez habitada por escritores negros (Wright, Baldwin, Himes), blancos desteñidos como Burroughs y Ginsberg y, cómo no, Julio Cortázar. La demanda de empleo oportunamente llevó a Whitman a adquirir el edificio lindero y habilitar otras comodidades (allí se cuecen las tertulias gastronómicas noctámbulas) y ampliar el horario hasta altas horas de la noche para su nutrido séquito de narradores, ensayistas, investigadores y letrados surtidos de inclasificable laya. En la “Shakespeare” no hay empleados despachantes sino expertos que comprometen su cuerpo con la literatura, literalmente. En efecto: el conjunto de los jóvenes de habla inglesa que allí trabajan, en el mismo lugar duermen y se alimentan. Sus lechos, roperos, espejos y hasta gatos intentan –vanamente– esconderse entre las pilas de libros, de modo que no es extraño ver aparecer en pijama un huésped-vendedor mientras se recorren los estrechos pasillos entre los anaqueles

3/25/2008 | Escrito por: kenzo | Hora: 21:16|
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Kenzo T - La lluvia.


Bajo la lluvia

desmienten los paraguas

la Primavera.

| Escrito por: kenzo | Hora: 15:12|
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Yehuda Amichai - Como la huella de nuestros cuerpos



Como la huella de nuestros cuerpos,
no quedará señal de que estuvimos aquí.
El mundo se clausura a nuestro paso
y la arena, nuevamente, se acomoda.

Ya se avistan fechas
en las que no estarás más;
vientos que arrastrarán nubes
que no derramarán
sobre nosotros lluvia.

Y tu nombre
en las listas de pasajeros de barcos
y en los registros de hoteles
cuyas razones, sólo oirlas,
hielan el corazón.

Los tres idiomas que conozco,
todos los colores con los que veo y sueño:

Ninguno me ayudará.

3/24/2008 | Escrito por: kenzo | Hora: 17:29|
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Juan José Téllez Rubio - Las Causas Perdidas


Yo tuve una pasión que murió en Tánger,
esa hermosa ciudad con mala suerte.
Sus labios perecieron en la orilla
de un té menta en el café de Haffa.
Por el paseo del mar sus piernas repicaban
bajo una chilaba del color del siroco.
En el hotel Minzah, junto al bar de la piscina,
me anunció que iba a dejar de acompañarme.

Yo la quise libre, mas no tanto.

En las noches de invierno, escucho su apellido
sobre el viento que viene a través de dos mares.
A menudo sus ojos vuelven en los faros
que avisan que su barco atraviesa el Estrecho.
Me despierto de pronto e imagino su pelvis,
moviéndose a caballo de algún otro jinete.
De Espartel al Zoco Chico, tangauis les llaman
y aún no sé que nombre ponerle a mi dolor.

Yo la quise, a veces, mas no tanto.

3/23/2008 | Escrito por: kenzo | Hora: 01:59|
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Eloy Santos - Invierno del Poeta




a la memoria de Izet Sarajlić (1930 – 1999+3)

Hoy os traigo colores de la China
en el decir, de los que no se curan.
Traigo remedios contra los solemnes
y un rimero de versos sin remedio.
Con tinta de alminares he copiado las nubes,
y un mirlo vuela del revés sobre mis gafas.
He traído la hierba, el cielo, estrellas
urdidas por astrólogos de Praga,
secretos de un saber que no se aprende
pero es imposible de olvidar.
Que no os engañe el pájaro volando
de todo lo que amé, que me acompaña.
Ni os extrañe que alivie mi voz con aguardiente.
Para reunir tan tenue mercancía
me alquilo cada noche a la tiniebla,
y a veces vuelvo roto, a veces rey
de un castillo en el aire
y un velero en el mar de la melancolía.

Si alguien se acuerda de la sed, que deje
abierta la ventana de los labios
para la soledad que pide venia.
Lo que traigo no cuesta y no se vende:
todo mi oro lo devuelvo al río
para que todos sepan cómo brillan
mientras se van, las horas.

Sois testigos de la edad, que nos convierte
en epitafio, en piedra desgastada,
en meros nombres sobre la cubierta
y la espuma de los libros.
No me pidáis consuelo, que no sé,
ni amargas despedidas.
Me voy como el buhonero a su camino,
hacia mañana, que no llega nunca
aunque a veces se va.
Aquí os dejo el silencio que me queda
y un ángel rezagado,
que se enciende
cada vez que la dicha
sienta en el mismo verso a mis amigos.

3/22/2008 | Escrito por: kenzo | Hora: 23:14|
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Kenzo T. - Graniza



Ahora graniza,

la tarde fría se desnuda

en la ventana.

| Escrito por: kenzo | Hora: 18:53|
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Luis Amézaga - Cacería.

Hay guerras que podan los árboles
y paces que los dejan marchitar.

Un grupo de adultos se arracima,
homenajean al dolor,
arañan mejillas
provocan la sangre
en el ritual de la indignación
Se derrumban
ante las tumbas de juguete.

Los niños acudieron a las sirenas
Un hombre sin plumas, desde lo alto,
les lanzó un visado a lo paranormal
Ellos abrieron los brazos
para acoger el proyectil ciego.

La muerte está muy mal vista
Quizá sea porque hay que cerrar los ojos
definitivamente
para poder verla.

3/21/2008 | Escrito por: kenzo | Hora: 14:54|
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Wu Ch'eng En.- S. XVI - La Sentencia.


Aquella noche, en la hora de la rata, el emperador soñó que había salido de su palacio y que en la oscuridad caminaba por el jardín, bajo los árboles en flor. Algo se arrodilló a sus pies y le pidió amparo. El emperador accedió: el suplicante dijo que era un dragón y que los astros le habían revelado que al día siguiente, antes de la caída de la noche, Wei Cheng, ministro del emperador, le cortaría la cabeza. En el sueño, el emperador juró protegerlo.


Al despertarse, el emperador preguntó por Wei Cheng. Le dijeron que no estaba en el palacio; el emperador lo mandó buscar y lo tuvo atareado el día entero para que no matara al dragón, y hacia el atardecer le popuso que jugaran al ajedrez. La partida era larga, el ministro estaba cansado y se quedó dormido.


Un estruendo conmovió la tierra. Poco después irrumpieron dos capitanes, que traían una inmensa cabeza de dragón empapada en sangre. La arrojaron a los pies del emperador y gritaron: Cayó del cielo.


Wei Cheng, que había despertado, la miró con perplejidad y exclamó: Qué raro, yo soñé que mataba a un dragón así.

3/20/2008 | Escrito por: kenzo | Hora: 00:55|
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Hoy, nostalgia: Leonard Cohen - Chelsea Hotel



I remember you well in the Chelsea Hotel,
you were talking so brave and so sweet,
giving me head on the unmade bed,
while the limousines wait in the street.
Those were the reasons and that was New York,
we were running for the money and the flesh.
And that was called love for the workers in song
probably still is for those of them left.
Ah but you got away, didn't you babe,
you just turned your back on the crowd,
you got away, I never once heard you say,
I need you, I don't need you,
I need you, I don't need you
and all of that jiving around.

I remember you well in the Chelsea Hotel
you were famous, your heart was a legend.
You told me again you preferred handsome men
but for me you would make an exception.
And clenching your fist for the ones like us
who are oppressed by the figures of beauty,
you fixed yourself, you said, "Well never mind,
we are ugly but we have the music."

And then you got away, didn't you babe...

I don't mean to suggest that I loved you the best,
I can't keep track of each fallen robin.
I remember you well in the Chelsea Hotel,
that's all, I don't even think of you that often

3/18/2008 | Escrito por: kenzo | Hora: 14:14|
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Torso K - Y tú, tan lejos.


Cae del cielo una flor
un suspiro y un lamento
fugaz despedida y adiós.

Y tú, tan lejos.

3/16/2008 | Escrito por: kenzo | Hora: 19:36|
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Kenzo T. - Cerezo ceniza.




Frente al cerezo

añora el canto del jilguero

intermitente sobre la melodía de la brisa,

mientras aflora peregrina una lágrima en sus ojos.

3/15/2008 | Escrito por: kenzo | Hora: 21:43|
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Ignacio Ezquerra - Para despues de nuestra muerte


(Poema en la Luna Negra)

Lejana de sí misma, cercenada,
la tierra ha detenido sus orillas.
Mientras Ariadna llora, desolada,
Teseo está llorando de rodillas,

distante en otra Naxos, en la quilla
del tiempo. La tragedia consumada
alzó la vela negra que apolilla
esta esperanza amarga y despiadada.

El mito no ha cesado, permanece
como ese mar, buscando el hondo nido
en donde nuestro sino se adormece.

¿Es la reencarnación en el olvido?
¡quizá he vuelto a soñar que aún amanece
si es que mirando al mar he sonreído!

3/14/2008 | Escrito por: kenzo | Hora: 02:05|
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Emilio Sagasti Barrenetxea - Las hojas de la muerte




recuerdo el momento en que empezamos a disminuir
hasta el punto en que cada suelo era una meseta de rectas
donde nuestros pasos eran impotentes
en el largo recorrer de esquina a esquina
mucho
olvidamos poco a poco porque
de los recuerdos
el más inútil
es el de la pasada grandeza

3/10/2008 | Escrito por: kenzo | Hora: 02:07|
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D.Ibáñez - Cantos rodados.



Pasaron los dinosaurios.

luego los hombres.

Cantos rodados somos, ahora.

3/09/2008 | Escrito por: kenzo | Hora: 20:52|
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Torso Kenzo - Los tontos no van al cielo




Más solo que un gorila en la niebla

navego por el proceloso mar de tus limoneros


A la deriva, me pierdo sin remedio

me eché al mar sin mapas, ni sextante ni temor

para calcular rumbos imposibles

en tu desierto marítimo.


Hoy, buceo desnudo por tu lado oscuro

mientras pían los pájaros en los alambres de tus enredos

y tejen horas blancas o minutos negros

Sin miedo, cruzo tu océano

y si naufrago, mándame por Seur aquél abanico

de colores, el biombo chino falso

y los farolillos de Hungría

que te llevaste cuando nos separamos.

3/08/2008 | Escrito por: kenzo | Hora: 00:27|
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Damián I. - Cuando mucho abarcas




Cuando mucho abarcas

poco pájaro vuela

ato un ciento detrás de la piedra angular

y la desmemoria que acecha

las borra, sin yo saberlo aún.

Vuela, pájaro de la desmemoria

vuela, mas no me cuentes tus planes secretos.

Cuando baje las escaleras

que el pasamanos esté colocado

y cuando llegue abajo

que el canto del pasado sea dado por bueno, al fin.

3/06/2008 | Escrito por: kenzo | Hora: 01:24|
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Jaime Gil de Biedma - Idilio en el Café.




Ahora me pregunto si es que toda la vida
hemos estado aquí. Pongo, ahora mismo,
la mano ante los ojos -qué latido
de la sangre en los párpados- y el vello
inmenso se confunde, silencioso,
a la mirada. Pesan las pestañas.

No sé bien de qué hablo. ¿Quiénes son,
rostros vagos nadando como en un agua pálida,
éstos aquí sentados, con ojos vivientes?
La tarde nos empuja a ciertos bares
o entre cansados hombres en pijama.

Ven. Salgamos fuera. La noche. Queda espacio
arriba, más arriba, mucho más que las luces
que iluminan a ráfagas tus ojos agrandados.
Queda también silencio entre nosotros,
silencio
y este beso igual que un largo túnel.

| Escrito por: kenzo | Hora: 00:32|
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Luis Cosme Cubas - Habitaciones vacías"



Me gusta retrasarme para poder gozar hasta en la espera,
también, porqué no, los movimientos gráciles de tu cintura de vaca,

y la pelusa que te envuelve y te da un aura de aldea y chorizo de fresquera,
y me gusta también, porque es muy sana tu sonrisa sin trampa ni cartón,
y el sudor que te traspira del sobaco.

Me gusta el color sonrosado de tus tetas, y también la forma como cierras las puertas,
Cómo subes las tapias, recortas los cromos y conoces los nombres de los pájaros.
Disfruto como un niño pensando en el calor que despides
muy de mañana cuando haces carreras con las sábanas.

Y sobre todo me gusta cuando dices que estoy ya muy viejito
me tienes que cuidar, no dejar que me moje la lluvia.

3/04/2008 | Escrito por: kenzo | Hora: 02:03|
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Ibañez Hierro - Nubes negras.


Brindo. Mientras bebemos el vino rancio
el mundo nos ha traicionado: desengaño somos
A mis colinas vuelvo con el desencanto
de la derrota. No me interrogues,
nubes negras hoy son la tristeza de este espíritu.

3/03/2008 | Escrito por: kenzo | Hora: 00:04|
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Eduardo Milán - Cuando mucho una discontinuidad


Cuando mucho una discontinuidad,
Una mancha que se desmancha de la mancha
Lleva su huella
Una ráfaga de caballo moderno nunca empastará
El despistado caballo no está
Llano está, caballo no

El poema moderno
Lleva su des-madre consigo, la descuelga
Del árbol,
La derrama en la imagen de una piedra-planta-pájaro
De nombre La Naturaleza
Habita detrás de un dios, dios detrás

Piedra-planta-pájaro
Pómez-pule-alma

Habita una casa al principio
Habita un movimiento al fin
Cosas del poema moderno variar vacío

Ya no temas
Ya no temas, niño de los pasajes,
Descansa, mi benjamín
Aquí no hay escaleras.

3/02/2008 | Escrito por: kenzo | Hora: 23:01|
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David Eloy Rodríguez. - Marat-Sade, 1998


El problema ahora
es que hay muchos vigilantes
y pocos locos.

El problema ahora
es que la jaula está
en el interior del pájaro.

| Escrito por: kenzo | Hora: 22:33|
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Almudena Guzman - Señor, ahora que mi piel…


Señor,
ahora que mi piel y la suya
-después de las sábanas-
han formado un nuevo “collage” en el agua,
no es el mejor momento para hablarle,
desde luego,
pero aprovechando que estoy arriba
y usted debajo,
quisiera decirle
-casi no me atrevo con sus ojos-
que no puedo más
que voy a pararme

-Era el placer como una de esas muñecas rusas que se abren
y aparece otra,
y otra…-

3/01/2008 | Escrito por: kenzo | Hora: 18:39|
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Jose Luis Rey - Aparición de Venus en las bañeras de Hungría

Mis niños con las manos perfectas de robar.
Mi maleta llena de pájaros.
Los ladrones volaban
y esperan cada tarde el momento adecuado, mi dinero, mi vida,
y espían los milagros y siempre tienen sed.
Y entonces, bajo rosas, a ciegas, entre el cielo,
en todos los tejados, dilo así.
Y di cómo soñábamos,
y quiénes fueron jóvenes, y quiénes sumergieron sus vestidos
en la harina solar para ver otros días
y nada se les dio.

Y es que a veces las lágrimas incendian los desvanes,
resbalan lentamente, no suenan al caer.
Y los ahogados llegan a las panaderías.
En los cines burbujea un volcán, bailaremos tal vez
un día transparente.
¿Cómo estás?, no conozco
girasoles en tierras submarinas.
Y algo así, sin embargo, una muchacha de luz
abre la puerta del alba
y está desnuda. La borrasca brilla en sus pechos.
El mundo es amarillo, nadie quiere morir.
Pero una raza de ladrones vuela.
Su pulsera, su gracia, sus palabras,
aquel tacón de mayo clavándose en el mar.
Vivir es estar dentro de una huella encendida,
cantar como las sábanas al sol, la hierba en las terrazas.



Qué misterio después: por los grifos abiertos sale el día,
desbordando la tierra sale el día,
sale el día
y no sabemos nadar.
Ay quién querrá subir, quién dirá soy cartero
y contará la historia,
llevará las palabras más allá de la niebla
y dirá cómo éramos, qué cosas tartamudas nos gustaban,
qué alfabeto de arena en la boca de un príncipe.

En el cuarto de baño se evapora el amor, un poema es un eco,
un poema es un eco.

¡Nuestra Señora del Verano vive!
Dentro de su tacón están los Andes.
Y cuántos francmasones
se reúnen a oscuras detrás de su rodilla.
En las calles más frías, en su hermosa nariz
nos creímos a salvo, pero ahora
estamos obligados a ser música.
En mi ventana culta seré joven. Allí he visto caer
enormes tulipanes, los pendientes rosados que se puso
y el vestido estampado de la infancia.
Un día volverá
y aquellos que la amaban ya serán su cabello,
saltarán en sus ojos, bajarán por sus brazos.
Su respirar eléctrico será respiración.
La muchacha amarilla nos ha visto robarle
y nos alza en su mano, quién podrá
resistir un momento, acercarse a su oído y en voz baja
decirle que nosotros, tan frágiles, la hicimos.

| Escrito por: kenzo | Hora: 14:55|
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Ángel González - Canción de invierno y de verano.


Cuando es invierno en el mar del Norte
es verano en Valparaíso.
Los barcos hacen sonar sus sirenas
al entrar en el puerto de Bremen
con jirones de niebla y de hielo
en sus cabos,
mientras los baladros soleados arrastran
por la superficie del Pacífico Sur
bellas bañistas.
Eso sucede en el mismo tiempo,
pero jamás en el mismo día.

Porque cuando es de día en el mar del Norte
—brumas y sombras absorbiendo restos
de sucia luz—
es de noche en Valparaíso
— rutilantes estrellas lanzando agudos dardos
a las olas dormidas—.

Cómo dudar que nos quisimos,
que me seguía tu pensamiento
y mi voz te buscaba —detrás,
muy cerca, iba mi boca—.
Nos quisimos, es cierto, y yo sé cuánto:
primaveras, veranos, soles, lunas.

Pero jamás en el mismo día.

| Escrito por: kenzo | Hora: 01:57|
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