Somos Hispanos Battiato-Nomadas
Sabina-Nos sobran...
Sabina-Y sin embargo
Victor Manuel-Yeren dos guajes
Victor Manuel-Asturias
Victor Manuel-Asturias
Victor Manuel-Mujer Calama
V.Manuel Sin bandera-Maldita Suerte
kermit-Teppum-Sad Lisa
Viviremos siempre juntos-Nacho Cano
Van Morrison - Have I told you lately
Juan Manuel Serrat - Cantares
Juan Manuel Serrat - Mediterráneo
Juan Manuel Serrat - Lucía
Tears in Heaven
Jerry Lee Lewis- Whole Lotta Shakin' Goin' O
Someday The Sun Won't Shine For You-Jethro Tull
Too Old To Rock'n Roll Too Young To Die-Jethro Tull
Botella al mar correo
Hoy recogí en la playa
tu misiva
en la botella verde habitual.
No te quejes, no es
que no te escriba,
es que el correo
de náufragos
"Yo no estimo tesoros ni riquezas,
y así, siempre me causa más contento poner riquezas en mi entendimiento
que no mi entendimiento en las riquezas." S.Juana Inés G a t a s
Algunas veces vuelo
y otras veces me arrastro
demasiado a ras del suelo,
algunas madrugadas me desvelo
y ando como un gato en celo
patrullando la ciudad
en busca de una gatita
a esa hora maldita
en que los bares
a punto están de cerrar
Si es demasiado lejos para tí, dilo. Habrías podido correr sobre las pequeñas olas del Báltico, atravesar el campo de Dinamarca, la floresta de hayas, virar hacia el océano, y ya está, cerca, el Labrador, blanco en esta estación del año. Tú, que soñabas una isla solitaria, si temes las ciudades, el parpadeo de los fuegos sobre las autorrutas, habrías podido tomar el camino de los bosques sordos, sobre torrentes revueltos y azules, y rastros del ciervo y del reno, hasta las Sierras, hasta las minas de oro abandonadas. El Río Sacramento te habría llevado entonces, por entre las colinas recubiertas de encinas espinosas. Todavía un bosque de eucaliptos, y estarás en mi casa.
Es cierto, cuando la manzanita florece, y la bahía es azul en las mañanas de primavera, yo pienso a mi pesar en la casa entre lagos y en las redes recogidas bajo el cielo Lituano. La cabaña donde te despojabas de tu traje antes del baño se cambió para siempre en un cristal abstracto. Y en él está la oscura miel de la tarde, junto al balcón, y las pequeñas lechuzas, graciosas, y el olor de los arneses.
Cómo podíamos vivir entonces, yo no puedo decirlo. Las costumbres, los trajes, vibran imprecisos, inconsistentes, tensos hacia el final. Es tal vez que pensábamos en las cosas tal como son? El saber de los años fogosos ha enrojecido los caballos ante la forja, y las pequeñas columnas en el mercado de la aldea, y los peldaños de madera y la peluca de Mamá Fliegeltaub.
Mucho hemos aprendido, tú bien lo sabes: cómo nos es quitado, cosa por cosa, todo aquello que no podía ser, la gente, las comarcas. Y el corazón no muere cuando uno creyó que debería, pero sonreímos, el té y el pan sobre la mesa. Sólo el remordimiento de no haber amado como se debe esa pálida ceniza de Sachsenhausen con un amor absoluto, que no está a la medida del hombre.
Tú te has acostumbrado a nuevos inviernos, húmedos, a la ciudad donde la sangre del propietario alemán fue raspada de los muros, y a donde él jamás regresó. Tampoco yo he llevado más de lo que podía, ciudades y país. No se puede entrar dos veces en el mismo lago, sobre hojas descompuestas de abedul, y quebrando una estrecha estría de sol.
Tus faltas y las mías, no fueron grandes faltas, tus secretos y los míos, no eran grandes secretos. Cuando te anudan la mandíbula con un pañuelo, cuando te ponen una cruz entre los dedos, y a lo lejos un perro ladra, brilla una estrella.
No, no es porque estés tan lejos que no has venido el otro día, la otra noche. De año en año madura en nosotros y nos invadirá, yo, como tú, lo he comprendido: la indiferencia.
Jorge lanzó un golpe directo a la cara de Pablo, que lo paró con un gesto de karateca experimentado y respondió con una contundente patada que le impactó en la entrepierna, haciéndole caer de rodillas por el dolor inesperado...
Nora estalló en una carcajada, ante el desenlace de aquella pavonada de los gemelos –tratando ambos de impresionarla, a pesar de su corta edad– y por lo cómico del gesto de dolor del pequeño, agarrando con ambas manos sus doloridas partes blandas...
–Pero, Jorge… ¡hay que andar más listo! ¿No sabés aún cuál es el punto débil de los hombres?!–, le interrogó, muerta de risa, con otra sonora carcajada.
El barco. Mi corazón no aguanta tanta tormenta, tanta alegría. Mi corazón no se contenta. El día, el límite. Mi corazón. El puerto. No. Navegar es necesario, vivir no es necesario. El barco. La noche en tu sonrisa tan hermosa, solitaria, perdida, perdida madrugada y horizonte. La risa, el arco de la madrugada. El puerto, nada. El barco: el automóvil brillante. El camino abandonado, ruido de mi diente en tu vena. La sangre, el charco. Ruido lento. El puerto. Silencio. Navegar es necesario; vivir, vivir no es necesario.
Milonga del pelo largo de ojos oscuros como la noche como la noche. Historia de penas grandes de gente joven de penas viejas de veinte años. Consuelo de los que viven siempre arrastrados por la rutina que cosa seria. Recuerdos de los que huyen de nuestra tierra de la violencia de la miseria.
Te ofrezco mis margaritas que están vacías que están marchitas que ya están secas. Te doy todas las renuncias de cosas simples que llevo hechas. Milonga mi compañera que me comprende que me protege que me abriga. Frazada del pobre hombre que siente frío y no se queja ya no se queja.
Abrázame fuerte y dime cómo está el mundo no quiero mirar afuera quiero depender de tus ojos y tus labios no quiero sentir otra cosa que tu mano en mi viejo y pelado trabuco no quiero sentir nada más Si te gustan las rocas inertes y los grandes pinos toscos Pues, a mí también me gustan Dime si el viento hace un bonito sonido cerraré los ojos y sonreiré Dime si hace una buena mañana o una clara mañana Dime que coño de mañana hace y me lo creeré Pero haz que el perro deje de gañir y ladrar Esto no es China Nadie se lo va a comer
Vale, pues, márchate si tienes que hacerlo
yo solo crearé el Cosmos dejaré que todo se me pegue todas las tristes piñas todas las fastidiosas agujas de pino Y emitiré mi cariño desde esta cúpula afeitada
360 grados hasta todas las dramáticas vistas hasta todas las nieblas y nieves que cruzan las brillantes montañas hasta las mujeres bañándose en el río y cepillándose el pelo en los tejados hasta los que no tienen voz y me hicieron una petición desde su sorprendente silencio hasta los pobres de corazón aunque sean ricos hasta todas las formas de pensamiento y objetos mentales que tienes goteando aquí arriba al final de tu vida fantasmal
Abre la puerta, no digas nada, deja que entre el sol. Deja de lado los contratiempos, tanta fatalidad porque creo en ti cada mañana aunque a veces tú no creas nada.
Abre tus alas al pensamiento y déjate llevar; vive y disfruta cada momento con toda intensidad porque creo en ti cada mañana aunque a veces tú no creas nada.
Sentir que aún queda tiempo para intentarlo, para cambiar tu destino. Y tú, que vives tan ajeno, nunca ves más allá de un duro y largo invierno.
Abre tus ojos a otras miradas anchas como la mar. Rompe silencios y barricadas, cambia la realidad porque creo en ti cada mañana aunque a veces tú no creas nada.
Sentir que aún queda tiempo para intentarlo, para cambiar tu destino...
Recuerdo que la tierra quiebra dura y se levanta azul sobre la nieve. Recuerdo que los ríos descendían cual frescos gavilanes y recuerdo las tierras rojas sobe lomas. Vi ásperos pueblos, huertos silenciosos.
Miré también al corazón humano y vi la misma lentitud, la misma roja aspereza y silencioso frío.
Pero, más tarde, sorprendí las aguas enloquecidas por la luz, los lirios ante el abismo, en la serenidad, el ruiseñor, de noche, entre los álamos, y los veloces pájaros del día.
Famoso pasodoble español, compuesto por el maestro Antonio Álvarez Alonso en 1902. En 1938 se le añadiría letra por José Antonio Álvarez, siendo cantado por grandes figuras como Estrellita Castro y Concha Piquer entre otras.
El Maestro Álvarez Alonso ofrecía conciertos animando las veladas del café cartagenero La Palma Valenciana, en la calle Mayor de dicha ciudad. Una noche, al terminar su actuación, enseñó a sus amigos una melodía en forma de pasodoble que había escrito sobre una mesita del café, y que pronto fue acogida con alborozo por su clara inspiración.
En su recorrido nocturno, se detuvo delante de la confitería España, ubicada frente al café de sus actuaciones, y contempló una confitura típica llamada "suspiros" (avellanas finas cubiertas de una porción de caramelo transparente), decidiendo bautizar la nueva partitura con la denominación de 'Suspiros de España'.
Fue estrenado por la Música del 3er. Regimiento de Infantería de Marina (actualmente Tercio de Levante) dirigida por Ramón Roig Torné, el día del Corpus Christi de 1902 en la plaza de San Sebastián de Cartagena, dado que las ordenanzas militares impidieron que el Maestro Roig cediera la dirección para el estreno al autor, su buen amigo Antonio Alvarez Alonso, dada la condición de civil de éste. Una placa conmemora la efeméride en ese lugar.